"Estos Juegos fueron el encubrimiento de un gran negocio inmobiliario de la patria contratista: intervinieron empresarios ligados al gobierno de la ciudad y aportantes a la campaña de Macri". Las palabras se las dijo el periodista Ernesto Rodríguez a Ovación, a un día de finalizada la tercera edición de los Juegos de la Juventud 2018. Se trata de quien hace más de 20 años cubre críticamente el deporte olímpico argentino, no sin costo.
Denunció que los organizadores de la competencia le habían otorgado una acreditación con accesos limitados, que no le permitían ingresar al centro de prensa del Parque Olímpico (MPC) ni a la Villa Olímpica. Finalmente, a los cinco días de los Juegos y con el apoyo de colegas, consiguió la acreditación y siguió en carrera.
Destapó la escandalosa compra con sobreprecios del 35% de la mascota Pandi, por parte de la empresa Quiero Ver Guita SRL de Carlos Germán Eguía, único oferente del negocio de los peluches y antiguo proveedor del gobierno de la ciudad cuando el mandatario era Mauricio Macri. Pero además, Rodríguez denunció una exhorbitante suba del presupuesto para esta competencia internacional.
"Para mí hay varias personas responsables del desmanejo de estos Juegos. Por la credencial, Horacio Rodríguez Larreta (jefe de gobierno porteño), Gerardo Whertein (Comité Olímpico Argentino) y Carlos Mac Allister (secretario de Deportes). Y por la organización de los Juegos, Wherthein; su mano derecha, Leandro Larrosa, a cargo de toda la parte operativa, y Rodríguez Larreta. No les gusta que se denuncien cosas, pero no las refutan. De hecho en abril dije que vendían el Cenard y hoy (por ayer) lo confirmó Macri".
Y así es. Ayer Macri recibió a los atletas argentinos y anunció que se mudará a Villa Soldati toda la actividad que hasta hoy se concentraba en el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Cenard) en el barrio de Núñez.
La nota de Rodíguez del 30 de abril de este año se titula "Cenard en venta" y apuntaba al "más grande negocio inmobiliario de la historia de la ciudad", al asegurar que Rodríguez Larreta aspira a conseguir como mínimo más de mil millones de dólares sólo por la venta de los terrenos y que los 450 trabajadores temían por sus puestos de trabajo.
Esas y otras tantas acusaciones, documentadas y detalladas, están publicadas en el Twitter de Rodríguez, donde se presenta como "experto en boxeo y deportes a los que casi nadie les da pelota" y en su página, autogestionada y nominada Ephecto Sport (es Ernesto en alfabeto cirílico; se llamaba Olímpicos Argentinos hasta que el comité internacional le pidió que cambie el nombre).
Rodríguez tiene 49 años, trabajó en Olé y ESPN, escribió libros sobre los Juegos Olímpicos, los Odesur y los Panamericanos y es docente en dos terciarios. Y en medio de tanta crítica y denuncia valora lo "deportivo" de los Juegos.
"Fue una gran experiencia para generar una base de atletas que si se sustentan en el tiempo serán en unos años los deportistas de élite. Nunca hubo un equipo juvenil preparado como este pero si les cortás las becas, como acaba de pasar, desconfío de que el proceso tenga futuro", dijo.
Y explicó que la beca de 5.500 pesos mensuales duraba hasta que se apagaba la llama olímpica. "Si a un chico que entrenó todo este tiempo en judo, por ejemplo, haciendo mucho esfuerzo porque ese dinero no es gran cosa, pero viajó y compitió y ahora que está motivado se le corta la beca y vuelve a su club de barrio a competir con quien puede, el futuro deportivo de élite se le hará arduo", ejemplificó.
Pero Rodríguez no sólo advierte sobre el recorte de becas. Ya había remarcado que se venía un serio recorte presupuestario de la secretaría de Mac Allister, que desde el 1° de noviembre pasará a manos de un amigo del presidente: Diógenes de Urquiza Anchorena, fundador con Macri de la Asociación Argentina de Pádel en la década del 80.
Cuando se le pregunta a Rodríguez qué piensa de quien será el nuevo funcionario dice que "en verdad es un tipo con más rodaje en el Comité Olímpico que Mac Allister, pero también es el dueño de la marca Signia, con la que se viste el Comité Olímpico Argentino, algo al menos gris".
Rodríguez sostiene que Mac Allister se va a ir de la función sin dar cuenta de por qué le dio apoyo a clubes de golf y de polo en lugar de a clubes de barrio.
"Es el peor administrador deportivo de la historia, hay pruebas fehacientes. Pero además, estos Juegos se ganaron con una mentira: cuando Macri y Whertein presentaron el plan original en 2013 dieron cuenta de un presupuesto falaz, calculando un dolar a 4,5 pesos para el 2018, a contrapelo de los valores reales, ya que en ese momento convivían el dolar oficial a 5,36 pesos y el blue a 7,95 pesos y en franca tendencia alcista (cerró en 2013 tocando los diez pesos). Buenos Aires terminó poniendo 15 veces más dinero que lo que prometieron al ganar la sede. Y estuvo desorganizado: hubo que hacer varias horas de colas, te lo digo como periodista y como padre de un hijo discapacitado con quien debimos esperar mucho para ver una competencia".
También Rodríguez habló de "gasto desmesurado" en las dos fiestas: de inauguración y de cierre. "En la de apertura se contrató a Fuerza Bruta para la parte artística por casi 200 millones de pesos y luego a una objetada empresa de viajes para la parte técnica del espectáculo por casi 100 millones de pesos más: o sea 300 millones. Y por la de cierre que iba a ser más modesta se gastaron casi 11 millones de pesos. Si se compara ese gasto con los Juegos de Río 2016, mucho más imponentes y costosos, porque costaron entre 11 y 15 mil millones de dólares, la fiesta costó 20 millones. Lo de acá fue demencial".